miércoles, 10 de junio de 2015


EstaFAO

Efraín Rincón Marroquín (@EfrainRincon17)

 
Cuando creíamos que la capacidad de asombro de los venezolanos se había agotado, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) nos sorprende con la entrega de un premio al gobierno de Nicolás Maduro por los esfuerzos realizados en materia de alimentación. Qué desfachatez y caradurismo!!! Cómo se ve que los directivos de la FAO desconocen la peor crisis alimentaria que ha sufrido Venezuela en los últimos sesenta años, así como las penurias que a diario nos toca vivir para encontrar los alimentos de primera necesidad.

Exijo que la FAO nos responda cuál es la verdadera razón de ese premio, ¿acaso se le reconoce al régimen su impresionante capacidad para destruir la agricultura del país obligándonos a importar la casi totalidad de los alimentos que consumimos?, o ¿el premio es por las kilométricas colas que hacemos a diario para comprar alimentos que escasean como si viviéramos en un país que enfrenta una guerra de grandes dimensiones?, o será ¿por los precios estratosféricos de los alimentos debido a la más alta inflación del planeta, que amenaza con el aumento de la pobreza en porcentajes inimaginables?

¿De qué se trata esto? ¿Es una burla a los venezolanos, o es un “guiso” más de los que el régimen acostumbra negociar para lavar su sucia imagen internacional, a través de petrodólares cada vez más escasos? Pensábamos que el régimen poseía la exclusividad para estafar nuestra buena fe, pero ya vemos que además de los “chulos” de la región, existen organizaciones internacionales cómplices de un circo que ya no tiene ni el pan ni la “emoción” que en otros tiempos dilapidó con irresponsabilidad abismal.

Se reconoce a un régimen que destruyó la producción agrícola, como langostas que devoran en segundos plantaciones enteras. Sus expropiaciones y confiscaciones acabaron con fincas, sembradíos e ingenios azucareros en plena producción que pasaron a las manos incapaces y corruptas del Estado; ordenando importaciones de alimentos a gran escala que sólo benefician  a productores extranjeros en conchupancia con los boliburgueses nacionales, sin importarles el daño a nuestra  economía y a una soberanía alimentaria ahora más vulnerable que nunca, porque dejamos de producir rubros en cantidades suficientes para abastecer la demanda nacional y exportar. Si el reconocimiento es por esta razón, entonces, se justifica la actuación de ese organismo internacional.

Ahora si el reconocimiento que la FAO le otorgó al régimen se debe a razones diferentes, entonces, tengo el legítimo derecho de dudar de la idoneidad del organismo para conocer la relación que existe entre la agricultura y la alimentación, pues, en la medida que un país esté en capacidad de producir directamente sus alimentos está garantizado el acceso y distribución intensa y equitativa de los mismos, lográndose la verdadera soberanía alimentaria. Pero una nación que, como la nuestra, depende indiscriminadamente de las importaciones amparado en la chequera de petrodólares, cuando éstos disminuyen, como sucede actualmente, se presenta una cruenta escasez de alimentos con precios que imposibilitan el acceso a los sectores más vulnerables de la sociedad. Dentro de este escenario, la soberanía alimentaria se convierte en sofisma que alienta la pobreza y el hambre de los venezolanos, a diferencia de la propaganda oficialista que miente y manipula sin rubor alguno.

Ese premio pretenderá aquietar hipócritamente la conciencia de un régimen que nos lleva, gracias a su modelo fracasado y obstinadamente incompetente y corrupto, a las puertas de una crisis humanitaria jamás vista en nuestro país, es decir, más pobreza y más hambre bajo la mirada insensible de un gobierno que le importa más el poder y los privilegios que de él se derivan, que el bienestar y la felicidad de sus conciudadanos.

De lo que si estoy seguro es que ese reconocimiento internacional es una bofetada a un país que se siente estaFAO y burlado por las mentiras de un régimen, en complicidad con la FAO, que pretende destruir la esperanza de vivir en un país como el que nos merecemos los venezolanos de buena voluntad. Ese premio es una razón más para culpar de nuestras tragedias a un gobierno que representa el atraso, la pobreza y el pasado. Sigamos construyendo el cambio para liberarnos de esta podredumbre que aniquila el profundo orgullo de sentirnos venezolanos de primera.
 
Profesor Titular de LUZ

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