martes, 28 de julio de 2015


José Miguel
Efraín Rincón Marroquín (@EfrainRincon17)
 
José Miguel es el nombre de nuestro hijo menor. El 1 de agosto de los corrientes, gracias a Dios, recibe el título de Ingeniero Electricista en Acto Solemne de la Universidad Rafael Urdaneta. Han sido años de esfuerzos, dedicación y perseverancia; pero como todo lo que se hace bien tiene su justa recompensa, celebramos felices y orgullosos la culminación de tan importante meta de nuestro amado hijo.
José Miguel, el título que recibes es sólo un peldaño en la empinada y difícil escalera de la vida. Tendrás que asumir nuevos retos, enfrentar dificultades, plantearte otras metas, porque en definitiva la vida es un permanente transitar en la que debes llenarte de fe, valor, disciplina y sabiduría para afrontar con éxito todas las vicisitudes que te encuentres en el camino.
La universidad te formó con los conocimientos y las habilidades necesarias para el excelente desempeño de tu profesión; aquí en tu hogar, has recibido testimonios y valores que te permiten ser un hombre de bien, responsable y honesto, pero sobre todo fiel y agradecido al Señor por las maravillas que te regala con cada amanecer. Tu mamá y yo nos hemos esforzado para hacer de ti y tu hermana, Laura Virginia, seres profundamente humanos, sencillos, respetuosos y solidarios. Hoy celebramos además de tu grado, la bendición de tener dos hijos maravillosos, que representan lo más hermoso que el Señor ha podido regalarnos en nuestra vida terrenal.
José Miguel, el Señor te ha bendecido con dones maravillosos, por eso  tienes el compromiso de ser un excelente profesional, un ingeniero que sea aliado de nuevos conocimientos y tecnologías; un profesional presto a servir con honestidad y calidad a la empresa con la que trabajas, o aquella que constituyas por tus propios medios. Pero esos dones deben ser fieles a Dios; debes compartirlos con tus semejantes porque la vida sólo tiene verdadero sentido si te empeñas en servir al que tienes más próximo.
El calendario de tu vida no se detiene con el grado de Ingeniero Electricistas, ésta  es sólo una faceta porque existen otras que debes cultivar cada día con fe, entrega y alegría. Y lo más importante de todas esas facetas es graduarte como un hombre de bien, un ciudadano integral, comprometido con Dios, con tu familia, con el país donde vives. Vivir sólo para ti te condenaría a ser un hombre vacío, infeliz y, sobre todo, alejado del amor que Nuestro Señor tiene reservado para ti. Esfuérzate hijo por ser un hombre agradecido; pídele al Señor te bendiga con la fe que anima tu espíritu y te da fortaleza para continuar por difícil que sea subir la cima; la confianza para estar convencido que con El nada te faltará; la paciencia para saber esperar y así alejar las angustias que puedan atormentarte; la sabiduría para tomar decisiones correctas en tu vida profesional y familiar; la humildad para que jamás te corroa la vanidad y el orgullo, porque esos males envilecen el alma; que el Señor te bendiga con la perseverancia, la constancia y la disciplina para vencer las dificultades con las que puedas tropezarte, porque con seguridad serán muchas hijo.
Recuerda que el grado que hoy recibes es un medio para que puedas superarte en muchos aspectos de la vida, pero sólo si haces buen uso de los dones que el Señor te da, los que a veces ignoramos por la ingratitud que nos ciega, tendrás el éxito material y espiritual que te mereces. Lucha por ser feliz, por ser un hombre cabal, alejado de las tentaciones que hacen la vida fácil pero que al final no podrás disfrutarla porque las culpas te perseguirán cada instante. De nuestra parte, siempre tendrás amor incondicional, apoyo para aligerar las cargas y unas manos tendidas donde estés y con la mujer que decidas sea tu compañera.
Tomando las palabras sabias del Santo Padre, el Papa Francisco, queremos decirte que “hagas líos y organízalos bien. Un lío que te de un corazón libre, un lío que te de solidaridad, un lío que te regale esperanza, un lío que nazca de haber conocido a Jesús y de saber que ese Dios a quien conoces es tu fortaleza. Ese es el lío con el que queremos que sueñes y que hagas realidad cada amanecer”.
Dios te bendiga hijo amado, te deseamos los más grandes éxitos y satisfacciones, acompañados de la humildad, el amor y la autenticidad que hemos sembramos en ti a lo largo de la vida. Felicidades!!!
                        Profesor Titular de LUZ

lunes, 20 de julio de 2015


Inhabilitemos al régimen

Efraín Rincón Marroquín (@EfrainRincon17)

 

Desde hace mucho tiempo conocemos la cobardía e inmoralidad de este régimen, pero nunca antes habían demostrado el miedo con la intensidad que lo hacen actualmente. La cercanía de la inhabilitación que les propinará el pueblo venezolano el próximo 6-D, los tiene aterrados; el miedo que experimentan no es normal, por eso hoy más que nunca las circunstancias aconsejan a la Unidad Democrática actuar con inteligencia, prudencia y visión estratégica, porque una fiera herida de muerte es capaz de cualquier locura para evitar su inminente deceso. 

Las continuas y arbitrarias inhabilitaciones políticas a connotados dirigentes de la oposición, por parte de la Contraloría General de la República, es un síntoma inequívoco que las cosas no están nada bien dentro del régimen. Cualquier pretexto, por burdo e intrascendente, es válido para cerrarles el paso a líderes que con seguridad gozan del mayoritario apoyo popular. Además del uso abusivo del poder, que violenta la democracia que predican, queda en evidencia una vez más la pérdida de la institucionalidad de la República, al servicio exclusivo del inquilino de Miraflores y del mandamás de la Asamblea Nacional. El ejercicio legal, constitucional e imparcial de los poderes públicos del país fue exterminado por la peste revolucionaria, sin importarles el daño mayúsculo que le están generando al país y a sus ciudadanos.

Cualquier venezolano, con justa razón, puede pensar que frente a tantas arbitrariedades y abusos, el régimen está más fuerte que nunca; pueden pensar además que sencillamente el régimen es invencible, que no hay posibilidad alguna de sacarlos del poder a través del voto popular. Pues bien, eso es lo que exactamente el régimen quiere que creamos y pensemos. Ellos están jugando al desgano, la división y la abstención de millones de venezolanos que estamos hartos de tanta incompetencia, corrupción, inmoralidad e impunidad. Ellos quieren sembrar la desmoralización entre nosotros, cuando son ellos los desmoralizados; quieren meternos miedo cuando son ellos los que están aterrados de perder el poder que los hizo ricos con el dinero que a mansalva le robaron al país, mediante el mayor saqueo del que hemos sido víctimas.

Debemos darle la lectura correcta a las inhabilitaciones de Manuel Rosales, Daniel Ceballos, María Corina Machado, Enzo Scarano y, más recientemente, Pablo Pérez, aunado al encarcelamiento inconstitucional de Leopoldo López y Antonio Ledezma. Con esas inhabilitaciones les puede “salir el tiro por la culata”, como lo canta la Grey Zuliana de Ricardo Aguirre, porque un pueblo puede soportar muchos vejámenes pero nunca olvida las injusticias en contra de la dignidad humana.

De lo que se trata en definitiva, es que la Unidad Democrática actúe como la mayoría nacional que es, seleccionando candidatos estratégicos que llenen el vacío de los inhabilitados y mantener por encima de todo la unidad, como elemento crucial en la difícil campaña electoral que se avecina, apuntalando la estrategia, el discurso y la tarjeta única como elemento contrastante con los candidatos del gobierno y del PSUV.

La alternativa democrática debe despojarse del rol de víctima del régimen para asumir con valentía y gallardía el compromiso histórico que tiene con el país, ganando con una sólida mayoría la Asamblea Nacional para iniciar desde allí la construcción del cambio que estamos demandando. Recordemos cuál fue la respuesta de los electores de San Cristóbal y San Diego, cuando el régimen separó y encarceló arbitrariamente a los alcaldes Ceballos y Scarano, respectivamente. Las candidatas de la Unidad, esposas de los ex alcaldes, obtuvieron resonantes triunfos a pesar de no ser dirigentes políticas en sus municipios. En San Cristóbal, Patricia de Ceballos obtuvo el 74% de los votos, mientras que en San Diego Rosa Scarano alcanzó una votación del 88%.

Ciertamente inhabilitaron a importantes dirigentes de la Unidad Democrática para postularse a cargos de elección popular, pero su credibilidad e influencia política están intactas con tendencia a crecer en los próximos meses. Rosales, Machado, Ceballos, Scarano y Pérez deben constituirse en líderes que inspiren y motiven a los electores a sufragar por los candidatos de sus circuitos y del país en general. Los abusos y tropelías del régimen deben transformarse en voluntad férrea y fuerza indetenible para garantizar la victoria de la oposición democrática.

El juego es complejo porque las normas no son transparentes y favorecen a uno de los dos sectores en pugna, exactamente como ocurre en los regímenes dictatoriales, pero existen condiciones que bien aprovechadas pueden hacer que el efecto buscado por el régimen se devuelva y los inhabilitados sean ellos, a través del voto de millones de ciudadanos que cobraremos las injusticias y abusos de un régimen que perdió la decencia y la moral desde hace mucho tiempo.

Los lamentos, las culpas y la falta de coraje no son buenos consejeros en circunstancias tan críticas como las que vive Venezuela. Es necesario empinarse sobre las dificultades y aprovechar las oportunidades que obstinadamente el régimen pretende negarnos a los venezolanos que aspiramos vivir en un mejor país, lejos de la tiranía, la mediocridad, la exclusión, la inmoralidad y la corrupción que la revolución se empeña en ofrecernos como su única y mejor opción. Con nuestro voto, vamos todos a inhabilitar al régimen.
 
Profesor Titular de LUZ

martes, 14 de julio de 2015


La Venezuela que soñamos

Efraín Rincón Marroquín (@EfrainRincon17)

 

En este artículo las ideas que expreso no me pertenecen; las tomé prestadas de mis alumnos de la cátedra de Análisis Socio-Político de la Escuela de Economía de LUZ, producto de uno de los debates realizados durante nuestras clases, en el que plasmaron en una cuartilla cómo es el país que sueñan de cara a una de las peores crisis que vive la nación. Podremos apreciar a continuación que nuestros jóvenes universitarios desean, como la inmensa mayoría de los venezolanos, una Venezuela donde todos tengamos la oportunidad y el legítimo derecho de vivir como ciudadanos de primera.

 “Queremos una Venezuela próspera, sin importar las preferencias políticas; donde no importe que seas rojo o azul; una sociedad capaz de imponerse sobre las diferencias políticas y donde tengamos claro que el objetivo es común; donde se incluya y no se excluya; donde pensar diferente no nos convierta en enemigos. Queremos un país con gobernantes que prediquen con el ejemplo, que tengan aptitudes para el diálogo y el pensamiento crítico. Un país con buenos gobiernos en ideas y en gestión. Un país en el que nosotros los jóvenes tengamos miles de oportunidades”.

 “Soñamos con una Venezuela productiva, de pleno empleo; donde la gente no necesite limosnas del Estado, sino que produzca tanto que pueda sostener al propio Estado. Una Venezuela sin pobres registrando los basureros para subsistir; sin niños en la calle; sin drogas y sin delincuencia. Quiero una Venezuela con gobernantes honestos y eficientes, que hablen menos y cumplan a cabalidad el trabajo para el que fueron elegidos como servidores públicos”.

 “Un país moderno en todas las dimensiones lo construyen sus ciudadanos, no su gobierno; por eso soñamos con venezolanos con profundos valores inculcados en su hogar; un país donde nos ayudemos los unos a los otros para salir adelante, y no nos aprovechemos de los más débiles para alcanzar las metas. El país que queremos tiene educación de primera calidad, comida en abundancia como una vez la tuvimos; donde salir a la calle no sea un riesgo para nuestras vidas; un país donde nos sintamos seguros fuera y dentro de nuestros hogares; donde el derecho hacer o no hacer lo decida cada persona. El país que queremos aprovecha cada recurso que su tierra le provee; cada oportunidad para mejorar a su gente; un país donde el principal beneficiado seamos los venezolanos y donde toda acción esté dirigida a la búsqueda del bienestar de su población. No queremos un país con estas cualidades, quiero que mi país las tenga”.

 “Venezuela fue bendecida ya que tenemos playas, montañas, llanos, de todo un poco, pero necesitamos unión; que las diferencias políticas no sean nuestro día a día; es necesario volver a esos días en que se ayudaba sin mirar a quién; donde los niños salían a jugar a la calle sin el miedo de ser secuestrados o asesinados; donde las discusiones y diferencias se remitían a un juego de beisbol o futbol y al día siguiente ya se olvidaban. La Venezuela con la que soñamos es aquella donde podamos cumplir nuestra meta de graduarnos, encontrar trabajo en el mercado laboral; que el sueldo alcance para cubrir nuestras necesidades, para ahorrar, e incluso para invertir y crear nuestras propias empresas, sin tener miedo a la represión de un gobierno que expropia o cierra empresas del sector privado”.

 “Quiero una Venezuela donde no asesinen semanalmente a tantos inocentes… Una Venezuela de ciudades lindas, limpias y ordenadas, con grandes avenidas y calles, con transporte público de calidad; donde la gente no tenga que hacer colas para comprar alimentos, medicinas y todo lo que necesite, para que ese tiempo que pierde a diario lo pueda utilizar para trabajar, para producir, para estar con su familia, o para seguir luchando en la construcción de un mejor país”.

Y a manera de conclusión, uno de los grupos terminó su reflexión de esta manera: “…por eso amigos y compañeros venezolanos sueñen por ser felices cada día, cada mañana que se levanten; no se rindan jamás porque la piedra no es tan grande, porque las injusticias tarde o temprano se pagan, porque el dolor se supera, porque el amor siempre está contigo, porque la verdad insiste, porque el coraje levanta, porque el miedo fortalece, porque los errores te enseñan, porque nadie es perfecto y porque nunca estarás solo, porque Dios nunca abandona, porque la vida siempre te da segundas oportunidades y nos da la fuerza necesaria para colocarnos donde debemos estar”.

De manera muy sencilla pero demasiado contundente, estos jóvenes expresan su inconformidad con la realidad del país; anhelan un cambio cuyos dolores de parto produzca el nacimiento de un mejor país, porque desde hace diecisiete años una minoría corrupta e irresponsable se planteó como objetivo destruir Venezuela a cambio de mantenerse en el poder que les provee de las riquezas que nos fueron arrebatadas mediante el más grande saqueo de nuestra historia.

Estos jóvenes son el fiel testimonio de que no todo está perdido y están dispuestos seguir luchando para alcanzar sus sueños; ellos jamás dejarán de soñar porque el día que dejen de hacerlo serán vivos muertos que sobreviven en la miseria de un país destruido.

Profesor Titular de LUZ

miércoles, 8 de julio de 2015


¿Quién secuestró la economía?

Efraín Rincón Marroquín (@EfrainRincon17)

 

La mentira y la manipulación del régimen no tienen parangón. Es increíble cómo Nicolás Maduro se burla de los venezolanos; cree que somos unos ignorantes a los que con una verborrea insoportable nos puede engatusar. Definitivamente, mientras más habla, deja en mayor evidencia su incapacidad para gobernar el país; calladito se ve mejor porque Venezuela le quedó grande.

 Ahora resulta que la crisis del país se debe al secuestro de la economía por parte de la derecha y la oligarquía que se han propuesto desestabilizar el país con la “guerra económica”. Pero lo más grave del asunto no es la mentira, sino la incapacidad y falta de voluntad del presidente para liberarla de sus “secuestradores”. A pesar de todo el poder y los controles del régimen, Maduro es incapaz de devolvernos una economía fuerte, estable, capaz de producir bienestar y progreso a todos los venezolanos, porque la enfermedad de la economía venezolana es culpa de un modelo que fracasó estrepitosamente y se encuentra atrapado en sus propios errores, miserias, limitaciones y corruptelas.

Afortunadamente, el cuento de la guerra económica cada vez lo cree menos gente, a pesar de la costosa propaganda oficial; hasta en el segmento de los chavistas, se observa una opinión crítica que señala directamente a Maduro del desmadre que estamos viviendo los rojos, los azules, los amarillos y aquellos que no tienen colores políticos. Esta es una crisis donde nadie sale ileso, excepto los boliburgueses y enchufados que se han hecho ricos a merced del hambre, la pobreza y los sufrimientos de los venezolanos.

Cómo creerle a Maduro y a su combo que los culpables de la debacle económica son la derecha, la oposición, la oligarquía o los pelucones, cuanto toda la actividad económica del país está absolutamente controlada por el régimen a través de una descomunal red de burocracia parasitaria, incompetente y corrupta. Definitivamente, ¿quién es el verdadero secuestrador de nuestra economía? Pienso que las próximas interrogantes dejan al descubierto a los raptores. ¿Quién estableció el control de cambio que fomentó la más grotesca corrupción y salida de capitales del país, dominada por una minoría inmoral que acumuló fortunas que cualquier empresario próspero del mundo envidiaría?, ¿Quién dirigió la política de confiscaciones, expropiaciones e invasiones a empresas, comercios y fincas, eliminando miles de empleos productivos y de calidad, arruinando así la producción en todas las áreas de la economía nacional?

¿Quién privilegió una política de importaciones masivas y agresivas en desmedro de la producción nacional y de las exportaciones que posibilitan el superávit de nuestra balanza de pagos?, ¿Quién estatizó la economía creando empresas improductivas que desfalcaron el fisco nacional para favorecer a una mafia nacional e internacional que se llenó los bolsillos con las divisas que le pertenecen a los venezolanos?, ¿Quién destruyó a PDVSA, convirtiéndola en una pésima agencia de empleos para garantizarle “clientes leales” al proceso, y en la caja chica de un gobierno voraz como ningún otro en los últimos 60 años?, ¿Quién administró la mayor bonanza petrolera del país, de la misma manera como se mal administra un sindicato o una cantina de cuartel, sin rendir cuentas de ningún tipo porque las instancias contraloras y fiscalizadoras actúan como cómplices a cambio de prebendas y beneficios personales y familiares?;

¿Quién destruyó la autonomía del Banco Central de Venezuela, transformándolo en un ministerio servil del gobierno, sin autoridad ni competencia para corregir los errores y entuertos de la política económica del régimen?, ¿Quién endeudó al país brutalmente en circunstancias cuando más divisas ingresaban al país producto de los más altos precios del petróleo en nuestra historia republicana?, ¿Quién inventó el Fonden, el Fondo Chino y otros fondos más, sin consultarnos a los venezolanos, contrayendo una deuda descomunal por la que le debemos a los chinos hasta nuestra manera de caminar?, ¿Quién dijo que Venezuela jamás llegaría a una crisis porque la economía estaba totalmente blindada?

¿Quién ha devaluado tanto nuestra moneda que hoy el bolívar no vale nada, sólo da lástima y vergüenza, con un dólar que ya supera los 540 bolívares?, ¿Quién se ha hecho de la vista gorda con el contrabando de gasolina y alimentos, desangrando al país y empobreciendo a los venezolanos que debemos hacer largas colas para encontrar alimentos y medicinas cada vez más escasos y más caros?

¿Quién ha hecho todo este desastre; arruinando al país con las mejores perspectivas de progreso y desarrollo en América Latina? Ese culpable tiene nombre y apellido y sabemos exactamente desde cuando empezó la destrucción nacional. El único secuestrador de nuestra economía es la revolución chavista y sus seudolíderes que se encargaron de destruir nuestro futuro y porvenir durante estos últimos diecisiete años. Es de hombres dignos y valientes asumir sus errores y no culpar a otros de sus propios fracasos y miserias, pero con este régimen cobarde y mentiroso no es posible que reconozcan sus irresponsabilidades e incompetencias.

Por eso, quienes nos han llevado al desastre y colapso, quienes nos engañaron y nos estafaron en nuestra buena fe, no merecen la confianza y apoyo del pueblo venezolano. La tragedia actual sólo puede resolverse apostando por un cambio de rumbo en Venezuela y eso sólo es posible votando el 6 de diciembre por la esperanza, el futuro y la construcción de una Venezuela donde todos hacemos falta; una Venezuela que todos podamos disfrutarla en unión, en paz, en libertad y en progreso. Diles NO a los verdaderos secuestradores de la crisis de Venezuela, diles NO al continuismo y vota con confianza y determinación por el cambio en nuestro querido país.
 
Profesor Titular de LUZ

miércoles, 1 de julio de 2015


Inteligencia y sentido común

Efraín Rincón Marroquín (@EfrainRincon17)

 

Pareciera un disco rayado el tema de la abstención de algunos opositores venezolanos, pero es necesario abordarlo con la mayor responsabilidad, sobre todo en estos tiempos de dificultades, incertidumbre y una mayoritaria demanda de cambio. Los demócratas auténticos debemos comportarnos como tales en cualquier circunstancia de la vida, incluyendo el campo político. Como demócratas debemos hacer uso de los recursos que nos ofrece la democracia y la Constitución, tanto para resolver conflictos como para lograr el cambio de rumbo de nuestra maltratada Venezuela. Y una de las armas más poderosas es el voto popular, acompañado de la inteligencia y el sentido común para amalgamar la nación alrededor de un supremo propósito: construir un mejor país para todos, sin las exclusiones y discriminaciones que ha practicado este régimen a lo largo de dieciséis años consecutivos.
 
La inmensa mayoría de los venezolanos que nos oponemos a este modelo político que  destruye al país, no poseemos ni las armas, ni los tanques y aviones de guerra, ni las bombas lacrimógenas, ni los recursos que el régimen usa con cínico ventajismo y violando las leyes y la Constitución; sólo contamos con la férrea voluntad de lucha, el compromiso con la grandeza de Venezuela y el voto consciente que se opone a tanta ignominia revolucionaria. Esa es nuestra fuerza y debemos hacerla valer frente a un régimen forajido, abusador y autoritario que desde hace tiempo perdió el barniz democrático del que se ufana. Desde todo punto de vista, la lucha que hoy libramos los demócratas venezolanos es absolutamente desigual e injusta; todos los poderes del Estado actúan bajo las órdenes de la dupla (Maduro-Cabello) que gobierna al país, y sus decisiones están hechas a imagen y semejanza de las pretensiones del régimen, a fin de garantizar que se eternicen en el poder.

La lucha no ha sido ni será fácil contra un régimen capaz de hacer cualquier cosa para no abandonar el poder que les ha provisto de fortunas inimaginables; frente a esto, ¿nos quedamos de brazos cruzados esperando la destrucción total del país, mientras algunos hacen llamados a la abstención con la absurda frase de “salva tu voto”? Esta sería la posición más cómoda, menos arriesgada, la más colaboracionista con el régimen; un error garrafal que echaría por la borda la oportunidad de oro de materializar el cambio que estamos esperando desde hace mucho tiempo.

A las personas que apuestan por la abstención, que afortunadamente son pocas, les pregunto, ¿si no votamos, qué hacemos?, ¿salimos a la calle sin control y desorganizadamente esperando que el régimen nos masacren?, ¿propiciamos un golpe de estado para que otros gorilas “verdes” tomen el poder y hagan exactamente lo que no queremos que hagan?, ¿con cuántos tanques, metralletas, aviones, etc., disponen para enfrentarnos a un régimen que se jacta en decir que la revolución es pacífica pero está armada? Por favor, plantéenos una alternativa diferente al poder del voto que hoy defendemos millones de venezolanos que estamos convencidos que sí se puede.

Definitivamente, el voto es nuestra única salida, no tenemos otra opción. Desde luego, si nos sentamos a esperar el 6-D para ir a depositar el voto y no hacemos el trabajo previo a las elecciones, entonces, el ventajismo y los recursos del régimen nos arroparán y perderemos de nuevo la oportunidad de una victoria contundente de la Venezuela democrática y libre en contra de una minoría incapaz, fraudulenta y corrupta.

Es necesario activarnos con las tres “m”: motivarnos, convencidos que el triunfo es posible cuando un pueblo toma la firme decisión de unirse como uno solo, para luchar por sus derechos y por un futuro promisorio; movilizarnos con protestas contundentes que desenmascaren las mentiras del gobierno y nos permita ir en búsqueda de aquellos compatriotas desanimados y defraudados, pero ansiosos por un cambio para que voten el 6-D; o por aquellos venezolanos estafados por una revolución de pacotilla que los empobrece cada día, y están esperando una propuesta atractiva y convincente por la que puedan votar y que les devuelva la esperanza y la fe perdidas; y, por último, moralizarnos para combatir el miedo, el amedrentamiento y la pasividad con la que nos amenaza un régimen que se dice poderoso pero en verdad está agotado, fracasado y sin apoyo popular, que responde como fiera herida frente a la inevitable pérdida del poder y de su influencia política.

Nunca antes como ahora, la unidad democrática estuvo a las puertas de una extraordinaria victoria popular; si las cosas se hacen bien, eliminando cualquier tentación personalista y grupal, si se promueve la unidad perfecta, si se articula una estrategia política incluyente y vinculante con la solución de la crisis actual y se exigen las condiciones mínimas propias de una contienda electoral, no habrá nada ni nadie que detenga a un pueblo que se cansó de esta pesadilla y está dispuesto  defender la victoria y el cambio que tanto sufrimiento nos ha costado. La inteligencia y el sentido común nos aconsejan que votemos por el bien de Venezuela y el de todos los venezolanos de buena voluntad.

Profesor Titular de LUZ