María
Guadalupe: Honor a quien honor merece
Efraín Rincón Marroquín
(@EfrainRincon17)
Hago un alto en mis análisis
de la situación política nacional, para honrar a través de estas líneas a una
universitaria integral, orgullo de nuestra Alma Mater. Nos referimos a la
Doctora María Guadalupe Núñez de Parra, Vice-Rectora Administrativa de LUZ,
mujer excepcional que a lo largo de su vida ha servido con lealtad y profundo
amor a su querida universidad.
María Guadalupe ha dejado su
huella indeleble en cada una de las responsabilidades que le ha correspondido
ejercer dignamente en las diferentes instancias del gobierno universitario. Ha
sido la única mujer en ejercer el Decanato de la Facultad de Ingeniería,
contribuyendo con su fortalecimiento académico, de investigación y extensión; facultad
reconocida nacional e internacionalmente, a la vanguardia de los cambios
tecnológicos y con suficiente capacidad para ofrecer soluciones efectivas a los
problemas de la región y del país.
María Guadalupe fue también
la primera mujer en ocupar la Dirección de Administración de LUZ, ejerciendo
con pulcritud, idoneidad y honestidad tan difícil cargo. Y, en el 2008
conquistó la confianza de la mayoría del claustro universitario, al elegirla
como Vice-Rectora Administrativa, cargo que por primera vez también es ejercido
por una mujer con los quilates de María Guadalupe. En momentos de tantas
dificultades para Venezuela y las universidades autónomas, producto de la
desidia, mezquindad e incomprensión del gobierno revolucionario, María
Guadalupe ha demostrado con su firmeza y perseverancia, trabajo incansable y
vocación de diálogo, que resultó ser la mejor opción de los universitarios para
que liderara la administración de la institución. Su empeño en defender la
autonomía y la democracia universitarias, en rendir cuentas claras y en mostrar
resultados satisfactorios de su gestión,
a pesar de la profunda crisis universitaria, la convierten en una
servidora pública excepcional, cuyo propósito fundamental ha sido trabajar con
denuedo por la institución por la que ha luchado toda su vida. Su trayectoria
universitaria le ha valido el respeto, reconocimiento y afecto de todos los
universitarios de buena voluntad. Es un sitial ganado a puro pulso y corazón.
María Guadalupe es testimonio
auténtico de la honestidad con la que deben administrarse los recursos
universitarios; su capacidad y talento han estado prestos para contribuir con
eficiencia a la solución de los graves problemas de la comunidad; jamás ha
doblegado su férrea voluntad para hacer posible el diálogo y el entendimiento
entre los diferentes factores que participan en la vida universitaria,
privilegiando el respeto, la consideración y el reconocimiento de todos. No
tengo duda que María Guadalupe es una defensora a ultranza de la justicia y la
equidad, flores que adornan su hermosa humanidad.
La extraordinaria
trayectoria universitaria de esta insigne mujer está a la vista de todos.
Quienes la conocemos damos fe de su entrega sin límites a LUZ, a la que siempre
ha considerado como su segunda mejor y más grande casa.
Pero en este sencillo y
merecido homenaje, deseo honrar no sólo a la profesional universitaria, sino a
la mujer sencilla engalanada con tantas virtudes que nos enorgullecen a quienes
hemos tenido el privilegio de su amistad, compartiendo sus éxitos, alegrías,
infortunios y su inigualable don de gente. La humildad ha sido una de las
virtudes que María Guadalupe ha practicado con mayor devoción; ello le ha
permitido estar alejada de la vanidad, el ego y el falso orgullo que en
ocasiones se enquistan en personas que han manejado cuotas de poder.
María Guadalupe ha honrado la
lealtad y el compromiso de la amistad. Ha sido fiel y solidaria con los amigos
de su vida, a quienes los ha acompañado en sus alegrías y tristezas,
sirviéndoles desinteresadamente.
La sonrisa en sus labios, la
palabra dulce, el abrazo fraterno y la búsqueda de acuerdos para hacer posible
la paz y la cordura, son actitudes que han caracterizado su actuación, sirviéndonos
de ejemplo a los que creemos que una buena y bendecida vida es aquella en la
que practicamos el amor y la solidaridad con el prójimo, el más grande
mandamiento que nos pide el Señor.
Con alegría y mucho orgullo,
su Universidad y los compañeros de vida universitaria están homenajeando su
extraordinaria trayectoria. En tal sentido, la Facultad de Ingeniería acordó
por unanimidad, con la aprobación del Consejo Universitario, un reconocimiento
con su nombre que será otorgado a los estudiantes con los mejores promedios de
todas las escuelas que conforman la Facultad de Ingeniería; asimismo, fue
bautizado con el nombre “Doctora María Guadalupe Núñez de Parra”, el edificio
donde funcionan las Escuelas de Ingeniería Química y de Petróleo, en el Núcleo
Técnico de LUZ.
De igual manera, el
miércoles 22 del presente mes, el Consejo Universitario le confirió el
Doctorado Honoris Causa a nuestra amiga y compañera de tantas luchas, con el
cual se hace justicia a una mujer maravillosa que siempre ha llevado a LUZ en
lo más profundo de su corazón y su alma.
Honor a quien honor merece
querida amiga; tú te ganaste con amor y don de gente, capacidad de trabajo y
servicio, vida sencilla, honestidad intachable y la profunda lealtad con la que
has honrado a tu querida familia y a tus grandes afectos, este reconocimiento
que en pleno te hace LUZ y todos los que nos sentimos orgullosos de ser tus
amigos. Que Dios te bendiga y te regale salud y larga vida. ¡Felicidades
querida y respetada Vice-Rectora!
Profesor Titular de LUZ