¡Ya
basta de llorar!
Efraín Rincón Marroquín
(@EfrainRincon17)
En días pasados leí una
frase de mi apreciado amigo Juan Carlos Fernández, en la que decía que “ya
basta de llorar por el país que perdimos y vamos a luchar para construir el
país que nos merecemos”. Frase sencilla que nos llama a la reflexión activa; nos
invita a deslastrarnos de un pasado que no volverá y de incorporarnos a la
lucha cívica, pacífica y democrática para recuperar la Venezuela libre y grande
que todos soñamos. Es el momento de abandonar nuestra zona de confort y desechar
la idea que los políticos son los únicos que deben luchar para alcanzar el
cambio que demandan nueve de cada diez venezolanos. Es el tiempo de la unidad
de los venezolanos para acelerar el amanecer que desde el pasado 6 de diciembre
empezó a despuntar.
Entramos a un mes clave para
las definiciones políticas. En abril se completa la mitad del periodo
presidencial de Nicolás Maduro y con el se activa el referéndum revocatorio, como
mecanismo constitucional que permite desalojar al régimen y elegir un nuevo
gobierno que enrumbe al país hacia puerto seguro. La consigna es la organización
popular para poner fin a un modelo ideológico que se trazó como propósito la
total destrucción de la nación y la ruina de los venezolanos.
Espero sinceramente que los
venezolanos hayamos aprendido la lección. El déficit democrático e
institucional del país se resuelve con una mayor dosis de democracia, con la participación
responsable de los ciudadanos en los asuntos públicos y con el valor
fundamental del voto para elegir buenos gobiernos. Los atajos de facto y la búsqueda
desesperada de un falso profeta y salvador, nos ha costado lágrimas, sudor y
sangre. Resulta inconcebible seguir pensando siquiera en los verdes oliva para
dirigir la nación; nos han demostrado hasta la saciedad su incompetencia y su
perverso apego a los dineros públicos.
Este régimen que está
impregnado hasta los tuétanos del tufo militar, debe salir de la misma manera
como llegó al poder, esto es, a través de los votos. Por tal razón, debemos
organizarnos en torno a mecanismos democráticos para impulsar la salida del régimen,
sin importar que el proceso tarde un poco más de lo deseado o, como es de
suponer, encuentre toda clase de obstáculos por parte de los que se aferran al
poder a pesar de haber perdido el apoyo y la legitimidad popular. Afortunadamente,
la Unidad Democrática está consciente de ello y trabaja afanosamente para
cristalizar una salida pacífica, democrática y constitucional.
Con optimismo observo el
inicio de la movilización política de los partidos democráticos para acelerar
la salida del régimen, apegados a la estrategia formulada por la Mesa de la
Unidad Democrática, instancia que debe mantenerse en el tiempo para recordarnos
que sin la unidad cualquier esfuerzo para salir del régimen resultaría
infructuoso. Unidad política, organización popular, inteligencia y visión estratégica,
son aspectos fundamentales en la ardua tarea de elegir un nuevo gobierno que
responda a los supremos intereses de los venezolanos, combatiendo cualquier síntoma
de odio, exclusión, populismo y corrupción que tanto daño nos han hecho una pesadilla
que tiene ya más de 17 años.
En esta oportunidad, el
Zulia también debe ser pionero. Debemos constituirnos en la principal
referencia del Cambio para Venezuela. Desde esta tierra del sol amada y
bendecida por nuestra Chinita, deben salir millones de firmas y voluntades para
hacer posible el cambio que estamos esperando. Pero es necesario que actuemos
como un Estado unido, amalgamado en torno a la posibilidad cierta que, más
temprano que tarde, empecemos a transitar por un país mejor, con oportunidades
para todos y con la férrea determinación de enterrar las sombras y las miserias
que una elite corrupta se empeñó en dejarnos como fatal herencia.
El Zulia unido a hombres y
mujeres de buena voluntad, acompañados por todos los partidos democráticos, por
las universidades, las iglesias, los empresarios y comerciantes, productores y
campesinos, profesionales y técnicos, obreros, por jóvenes que nos llenan de
fuerza y esperanza, todos absolutamente todos tenemos la obligación de
organizarnos y luchar por un cambio que sea propiedad de la sociedad entera, y
nunca más sea usurpado por un grupo de traidores y forajidos que nos trajeron toda
suerte de desgracias.
El cambio que ya está
despuntando, cada día está más cerca, pero debe ser la expresión autentica de
una sociedad de ciudadanos que decidió voluntariamente ser protagonistas y
constructores de un futuro promisorio para Venezuela. Esta es la hora de los
venezolanos, no dejemos pasar tan extraordinaria oportunidad.
Profesor Titular de LUZ