El
pueblo caminante
Efraín Rincón Marroquín
(@EfrainRincon17)
En las sociedades
postmodernistas, el hábito de caminar se ha convertido en una cultura muy
arraigada en la población, con resultados positivos tanto para la salud
integral como para la belleza humana. Dicen los expertos que caminar
frecuentemente y con cierta disciplina, aumenta la esperanza de vida,
permitiendo llegar a la vejez en excelentes condiciones físicas y mentales.
En nuestro país, caminar con
propósitos de salud es un deporte practicado por una minoría, porque la mayoría
no camina sino que deambula por las calles de nuestras ciudades para tratar de
sobrevivir al drama de cada día.
La gente camina porque no
existe un eficiente servicio de transporte público. Hemos retrocedido enormemente;
cualquier cosa que ande es usada como transporte, mientras tanto la gente
languidece por caminar largos trechos para llegar a su trabajo o para realizar
cualquier trámite normal.
La gente camina para buscar
alimentos cada vez más caros y más escasos. Camina porque debe recorrer varios
abastos y supermercados en búsqueda de lo poco que su miserable salario le
permite comprar. Los ancianos caminan adoloridos y cansados para cobrar las
pensiones en bancos que no tienen efectivo; eso los obliga a caminar al otro
día porque lo que les pagó el banco ni siquiera les alcanza para pagar los
pasajes; otros tantos caminan para pernoctar en las afueras de las entidades
bancarias a riesgo de que cualquier cosa les suceda durante las noches
dominadas por el hampa.
La gente camina para
encontrar los pocos medicamentos que venden las farmacias, aunque más de las
veces deben volver caminando a sus casas porque los precios son tan
exorbitantes que pueden morir no por su dolencia, sino por la indignación que
produce que para el régimen la vida humana no tiene valor alguno. La gente se
muere porque no tiene medicamentos o por falta de atención médica.
La gente en nuestro país
deambula por las calles para tratar de mitigar sus angustias y dolores;
deambula para tratar de buscar una respuesta que pueda explicar la locura que
estamos viviendo como país; deambula para buscar en la basura las sobras que
otros botaron; deambula para morder su rabia contra quienes nos quitaron las
esperanzas y los sueños a los que tenemos derecho como seres humanos dignos.
Este pueblo caminante está
viviendo la peor crisis que nunca antes habíamos vivido; una crisis demoledora,
profunda e inédita, cuya solución requiere del esfuerzo colectivo porque el
modelo rentístico que nos “salvó” en otras oportunidades está en etapa agónica,
para no decir que murió desde hace rato.
Hace falta reciedumbre,
inteligencia, dignidad y unidad para que este pueblo deje de deambular y
transite por el camino que nos lleve a un porvenir mejor; eso sí, diferente al
que tuvimos y al que tenemos, porque la Venezuela que perdimos no volverá más
nunca. Ojalá esta crisis nos enseñe a ser mejores venezolanos y ciudadanos.
Profesor Titular de LUZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario