Voto Castigo
Efraín Rincón Marroquín (@EfrainRincon17)
El país va por muy mal camino. La situación actual es
dramática; los expertos pronostican que podríamos estar peor en los próximos
meses. La bonanza económica que excusó por mucho tiempo los garrafales errores
de la revolución, se evaporó. La crisis económica está arruinando la vida de
los venezolanos. Nuestros estudios de opinión pública, al igual que otras
firmas nacionales, proyectan que los problemas que más nos afectan
personalmente son los socio-económicos. El desabastecimiento, el alto costo de
la vida, el desempleo y la frase “el dinero no me alcanza para nada”, superan
con creces a la inseguridad. Los problemas de la economía están acrecentando
nuestra impotencia e indignación como ciudadanos de un país que se destruye
poco a poco, a pesar que el barril de petróleo está rondando los 104 dólares
aproximadamente. ¿Cómo entender que un gobierno que ha disfrutado de tan
descomunales ingresos, someta a los venezolanos a penurias absolutamente
inaceptables e injustificables?
La crisis económica está minando las débiles bases del
gobierno. El último estudio de Keller y Asociados reveló que el apoyo de Maduro
es de apenas 36%; IVAD en su encuesta de agosto plantea que siete de cada diez
venezolanos perciben negativamente la situación del país. El legado de Chávez
se apaga con el pasar de los días; el olvido del líder es abrumador, excepto en
los discursos y parafernalias oficialistas. El pueblo está cansado y agobiado
por tanta incapacidad e ineficiencia gubernamental. Sin embargo, frente a este
caos protagonizado por Maduro y su combo, IVAD expresa que si hubiese
elecciones presidenciales, Capriles lo aventajaría sólo por 4%. ¿Cómo explicar
semejante paradoja?
Dependiendo del cristal con que se analice, las
explicaciones pueden ser muchas. El gobierno dirá que esto es producto del
colapso total del país que está ensayando la oposición y el imperialismo yanqui.
Algunos opositores podrían pensar que todo está perdido porque el gobierno con
sus trampas impide el cambio por la vía electoral. En todo caso, lo importante es
tener claro que el gobierno sabe perfectamente que vive uno de sus peores
momentos y va directo al barranco. Pero lo más importante es convencernos que
sí hay salida, por difícil que parezca. Tener en cuenta que las cosas fáciles
son efímeras y las soluciones de fuerza terminan siendo peor que la enfermedad.
Estoy convencido de los abusos y del ventajismo de
este gobierno que no tiene escrúpulos de ningún tipo; pero también creo
firmemente que si transformamos la indignación, la impotencia, la frustración y
la arrechera en voto castigo al gobierno, seremos capaces de construir la
fuerza indetenible para el cambio. Con el poder y la determinación de un pueblo
no hay trampas que valgan. Ese es el discurso que debemos pronunciar para
neutralizar las contradicciones generadas el 14 de abril. Si participamos con
convicción y entusiasmo en esta campaña que se avecina y votamos
multitudinariamente el 8-D, dejando a un lado las pequeñas diferencias y las
preguntas que pretenden buscarle las cinco patas al gato, derrotaremos a este
gobierno que fracasó totalmente. Capriles, la MUD, los candidatos a las alcaldía
y concejalías, los dirigentes sociales, todos juntos, debemos iniciar una
cruzada para fortalecer la vocación democrática de los venezolanos y convertir
el voto en un arma muy poderosa en contra de aquellos que impiden el progreso y
la transición hacia el cambio que legítimamente nos merecemos todos los
venezolanos. No tenemos otra opción.
Publicado en Versión Final el 13-9-2013
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