Las verdades de las protestas
Efraín Rincón Marroquín (@EfrainRincon17)
El país arde por los cuatro costados. Hasta el momento
de escribir este artículo, se contabilizan más de 28 muertos, centenares de
heridos y miles encarcelados. Como nunca, los venezolanos hemos sido testigos
de una represión brutal contra estudiantes y sociedad civil, por parte de
cuerpos de seguridad y grupos paramilitares que cuentan con la anuencia del
gobierno nacional.
Esta jornada de protestas nos muestra verdades
difíciles de esconder. En primer lugar, la frágil tela democrática que cubre al
gobierno de Maduro se terminó de romper, para dejar al descubierto la dictadura
castro comunista que pretenden instaurar desde hace 15 años. Ya no queda duda
que esta es una dictadura que como tal, irrespeta los derechos fundamentales de
los venezolanos, conminándonos a vivir en pobreza y atraso injustificable desde
todo punto de vista.
Otra verdad revelada es que, si bien es cierto, el
problema ideológico subyace y fortalece la polarización, el origen de las
protestas es común a todos los venezolanos: la escasez, la carestía, el desempleo, la inseguridad, el colapso de
los servicios públicos y la educación, nos golpea a todos por igual, sin
preguntar cuál es nuestra orientación ideológica.
Como tercera verdad, las protestas están siendo
lideradas prácticamente por los estudiantes y parte de la sociedad civil. La
pasión y la sed de justicia y libertad, han empujado a los estudiantes salir a
la calle en búsqueda de un mejor país. Sin embargo, los partidos políticos
aparecen replegados en este momento cuando, en nuestra opinión, es una
oportunidad valiosísima para practicar la política con mayúscula. Este régimen
no se combate con la antipolítica que se nutre de impulsos y del desprecio por
los partidos políticos. Los partidos políticos y sus líderes deben deslastrarse
de sus errores y mezquindades para presentarse como una verdadera opción de
poder unitaria con propuestas más efectivas, incluyentes y democráticas que las
que defiende el oficialismo.
Las crisis generan creatividad. Frente al cerco
comunicacional que la dictadura ha impuesto, las redes sociales han llenado el
vacío dejado por los medios tradicionales. De alguna manera, los venezolanos
nos hemos informado de los hechos y atropellos que pretende esconder el
régimen. Sin el apoyo de Globovisión, emisoras radiales y de algunos periódicos
que practican la autocensura, la verdad ha salido a flote y se esparce a todo
el mundo con la velocidad de la luz. Canales internacionales, como CNN, han
cumplido con el sagrado deber de la información veraz y oportuna. Sigue siendo
vital inventar formas de comunicación más artesanales que les llegue a los
sectores más desposeídos de la población.
Finalmente, los sectores populares en su mayoría no
terminan de involucrarse en las protestas, salvo algunas acciones en barriadas de
Caracas y de otras ciudades del país. No hay duda que están esperando un
discurso que interprete fielmente sus problemas y angustias, que son
exactamente iguales a la de los que manifiestan en las calles de Venezuela. Todo
indica que la crisis va a profundizarse; por tal razón, es necesario imprimirle
un acento más social al descontento contra el gobierno, a fin de conquistar las
clases populares; sólo así, los sacrificios de nuestros jóvenes darán los
resultados que todos estamos anhelamos: cambio, justicia y libertad.
Profesor Titular de LUZ
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