lunes, 17 de marzo de 2014


Las verdades de las protestas

Efraín Rincón Marroquín (@EfrainRincon17)

El país arde por los cuatro costados. Hasta el momento de escribir este artículo, se contabilizan más de 28 muertos, centenares de heridos y miles encarcelados. Como nunca, los venezolanos hemos sido testigos de una represión brutal contra estudiantes y sociedad civil, por parte de cuerpos de seguridad y grupos paramilitares que cuentan con la anuencia del gobierno nacional.

Esta jornada de protestas nos muestra verdades difíciles de esconder. En primer lugar, la frágil tela democrática que cubre al gobierno de Maduro se terminó de romper, para dejar al descubierto la dictadura castro comunista que pretenden instaurar desde hace 15 años. Ya no queda duda que esta es una dictadura que como tal, irrespeta los derechos fundamentales de los venezolanos, conminándonos a vivir en pobreza y atraso injustificable desde todo punto de vista.

Otra verdad revelada es que, si bien es cierto, el problema ideológico subyace y fortalece la polarización, el origen de las protestas es común a todos los venezolanos: la escasez, la carestía,  el desempleo, la inseguridad, el colapso de los servicios públicos y la educación, nos golpea a todos por igual, sin preguntar cuál es nuestra orientación ideológica.

Como tercera verdad, las protestas están siendo lideradas prácticamente por los estudiantes y parte de la sociedad civil. La pasión y la sed de justicia y libertad, han empujado a los estudiantes salir a la calle en búsqueda de un mejor país. Sin embargo, los partidos políticos aparecen replegados en este momento cuando, en nuestra opinión, es una oportunidad valiosísima para practicar la política con mayúscula. Este régimen no se combate con la antipolítica que se nutre de impulsos y del desprecio por los partidos políticos. Los partidos políticos y sus líderes deben deslastrarse de sus errores y mezquindades para presentarse como una verdadera opción de poder unitaria con propuestas más efectivas, incluyentes y democráticas que las que defiende el oficialismo.

Las crisis generan creatividad. Frente al cerco comunicacional que la dictadura ha impuesto, las redes sociales han llenado el vacío dejado por los medios tradicionales. De alguna manera, los venezolanos nos hemos informado de los hechos y atropellos que pretende esconder el régimen. Sin el apoyo de Globovisión, emisoras radiales y de algunos periódicos que practican la autocensura, la verdad ha salido a flote y se esparce a todo el mundo con la velocidad de la luz. Canales internacionales, como CNN, han cumplido con el sagrado deber de la información veraz y oportuna. Sigue siendo vital inventar formas de comunicación más artesanales que les llegue a los sectores más desposeídos de la población.

Finalmente, los sectores populares en su mayoría no terminan de involucrarse en las protestas, salvo algunas acciones en barriadas de Caracas y de otras ciudades del país. No hay duda que están esperando un discurso que interprete fielmente sus problemas y angustias, que son exactamente iguales a la de los que manifiestan en las calles de Venezuela. Todo indica que la crisis va a profundizarse; por tal razón, es necesario imprimirle un acento más social al descontento contra el gobierno, a fin de conquistar las clases populares; sólo así, los sacrificios de nuestros jóvenes darán los resultados que todos estamos anhelamos: cambio, justicia y libertad.    
Profesor Titular de LUZ

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