Pan para hoy hambre para mañana
Efraín Rincón Marroquín (@EfrainRincon17)
El descalabro electoral que se le avecina al régimen
los tiene fuera de control, están desesperados. Harán cualquier cosa para ganar
votos y obtener una victoria que, según las más reputadas encuestadoras
nacionales, la está ganando la Unidad Democrática con una holgada ventaja. Por
ahora, el guión del oficialismo es el mismo de otras campañas electorales, pretender
proyectar una ilusión de bienestar que sólo es posible alcanzar con la
revolución. Más mentiras y manipulación para un pueblo que se cansó de ser
pendejo.
El problema es que el guión en esta oportunidad está
bastante fallo. El actor principal del film ya no está entre nosotros, aunque
la estrategia indica que seguirá siendo el único candidato; el sucesor es
rechazado por ocho de cada diez venezolanos. Por otra parte, el tamaño de la
crisis es tan descomunal que ya se metió en los hogares de todos los
venezolanos, incluyendo en el de los que se mantuvieron leales al proceso hasta
hace unos meses atrás. La incapacidad del régimen raya en lo tragicómico; la
crisis que deliberadamente crearon les reventó en la cara y no tienen la mínima
idea de cómo solucionarla. Cada día la situación del país y de los venezolanos será
peor, mientras sigamos en manos de este modelo fracasado.
Pero como este régimen no sólo es incapaz, inmoral y
corrupto, sino terriblemente caradura, empieza a lanzar “caramelos” pre-electorales
con la idea que caigamos otra vez en sus redes. Esta semana, Nicolás Maduro,
aprobó un incremento del 30% del salario mínimo, ubicándose a partir del 1 de
noviembre en Bs. 9.649, pero para comprar la canasta básica, se requieren más
de 8 salarios mínimos, con lo cual el gobierno sigue en deuda con Bs. 68.962
para satisfacer las necesidades básicas de cualquier hogar venezolano. Lo grave
no sólo es que el incremento es chucuto e inservible, sino que impactará con
mayor fuerza la inflación general que se proyecta cerrará en 200% al fin de año
y en 400% la correspondiente a los alimentos.
Ningún incremento salarial aliviará las perversas
consecuencias de la crisis, mientras no se produzcan decisiones gubernamentales
efectivas que generen confianza y le pongan freno a las profundas distorsiones
de la economía; incrementando la productividad de todos los sectores económicos
y la oferta de empleos estables y de calidad que mejoren notablemente la
situación actual. Sin una empresa privada sólida e innovadora, sin inversiones
sustentables y con absoluta carencia de
reglas del juego claras y transparentes, los caramelos revolucionarios serán pan
para hoy y hambre para mañana.
Continuando con el guión, a falta de dinero para
mantener a duras penas los beneficios de las diferentes misiones sociales, que
se han convertido en fuente insaciable de corrupción, el régimen regalará equipos
y electrodomésticos -una suerte del dakazo de diciembre del 2013- pensando que la vida atormentada de los venezolanos
por esta crisis salvaje vale una lavadora, una cocina, una nevera o una bolsa
de comida. Esto es burla a la dignidad humana, dejando al descubierto que no
tienen voluntad ni capacidad para generar bienestar y oportunidades porque
definitivamente Venezuela les quedó grande.
También vendrán con otros trapos rojos para tratar de
distraernos y ocultar una realidad que ya todos conocemos y padecemos.
Radicalizarán sus “investigaciones” y persecuciones contra líderes políticos y
empresarios; tratarán hasta la saciedad de sembrar el miedo gritando a los
cuatro vientos que no entregarán el poder para tratar de desmoralizarnos,
desmotivarnos y desmovilizarnos; dirán otra vez que sólo ellos garantizan la
paz y la independencia de la patria, porque la oposición democrática es el
infierno mismo. Pamplinas, puras pamplinas, que ya no encuentran eco en una
sociedad que se cansó de ser pueblo sometido a los caprichos y vejámenes de una
elite corrompida y fracasada, para convertirse en ciudadanos de primera de una
nación que decidió transitar los caminos del cambio construido sobre la base de
la unión y hermandad de todos los venezolanos de buena voluntad.
Profesor Titular de LUZ
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