miércoles, 14 de octubre de 2015


Sumando Voluntades
Efraín Rincón Marroquín (@EfrainRincon17)
 
Si algo debemos tener muy claro en estos momentos de dificultades para Venezuela, es que todos hacemos falta en la lucha por el cambio para recuperar la libertad, la institucionalidad democrática y el progreso de los venezolanos. Esta es una lucha inspirada en la unidad de Venezuela, contra un régimen fracasado que pretende convertirnos en una colonia de esclavos y mendigos. Que nadie crea que esto es sólo tarea y obligación de un líder político o social, un partido o cualquiera otra parcialidad del país. Es la hora de y por los venezolanos.
 
Cada refuerzo que llegue será bienvenido. Por eso, el regreso de Manuel Rosales a Venezuela es un evento muy significativo para el fortalecimiento de la unidad y la lucha democrática. Los que conocemos a Manuel Rosales sabemos de sus desvelos a favor de la justicia y el progreso de los venezolanos, de su absoluta convicción en el poder del voto para restaurar el déficit democrático del país y de su entrañable amor y trabajo por el Zulia que lo vio nacer. Su presencia entre nosotros contribuirá con la construcción de un cambio indetenible que está siendo demandado por más del 80% de la nación.
 
En una coyuntura tan compleja como la que estamos viviendo, es el momento de la unidad perfecta más allá de las agrupaciones partidistas; es el momento para que valoremos más nuestro trabajo, en un ambiente de confianza mutua y desprendimiento sincero. La lucha que libra Venezuela contra la dictadura comunista no ha sido ni es fácil, requiere el concurso de todos. Manuel Rosales siempre ha mostrado preocupación por el destino del país y ahora, sin importarle los riesgos que significa su regreso de cara a un sistema judicial genuflexo e inmoral, decidió ocuparse personalmente y colocar su liderazgo, experiencia y capacidad al servicio de la lucha que tiene como propósito inmediato ganar las elecciones del 6 de diciembre para iniciar, desde la Asamblea Nacional, el cambio de un modelo político que destruyó las oportunidades para transformarnos en un país referencia de la región latinoamericana.

Manuel Rosales está al tanto de los problemas que nos aquejan a los venezolanos y conoce cuáles son las alternativas para lograr su solución; no llega como un ilustre desconocido de los sinsabores y amarguras por las que atraviesan sus conciudadanos, porque desde el principio de esta pesadilla revolucionaria alzó su voz y ejecutó acciones contra un régimen autoritario, enceguecido y embriagado por un “apoyo” popular que tanto dinero y sufrimientos nos ha costado. Su compromiso por la libertad, su capacidad de organización y su perseverancia frente a las dificultades, ayudarán enormemente para obtener una amplia victoria que logre borrar las dudas y el pesimismo que nos paraliza, levantar la fe y la esperanza y la convicción para conquistar con firmeza y determinación un futuro brillante como el sol de Maracaibo.

Es la oportunidad para sumar voluntades, conquistar afectos perdidos y convencer a, quienes por miedo o por desmotivación, sienten que todo está perdido en nuestra querida Venezuela. Es momento de abrazar al amigo que estábamos esperando y decirle con profunda alegría ¡bienvenido Manuel a tu tierra!
 
Profesor Titular de LUZ

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