martes, 1 de diciembre de 2015


¡Ahora le toca a Venezuela!

 Efraín Rincón Marroquín (@EfrainRincon17)

 

El 6 de diciembre es una fecha histórica para los venezolanos. Es el tiempo de tomar una decisión firme y perdurable en torno a las dos opciones del país que queremos. Un país que continúe gobernado por un modelo político autoritario, excluyente, abusivo, corrupto, incapaz e inmoral, con el peor desempeño gubernamental del que los venezolanos tengamos memoria; o, con un cambio de rumbo que propicie la construcción de un modelo político democrático, responsable y con voluntad para unir a los venezolanos en la difícil tarea de reconstruir un país arruinado por el populismo, la politiquería y el impresionante robo de miles de millones de dólares por parte de una minoría criminal que hoy, con su cara bien lavada, pide de nuevo la confianza de los ciudadanos para seguir defalcando a la nación y secuestrar por siempre nuestro presente y futuro.

Ciertamente, el mesianismo y providencialismo de muchos líderes latinoamericanos -extraordinarios encantadores de serpientes-, ha sido un cultivo fértil para que nuestros pueblos elijan gobiernos que a la larga resultan peores que los males que juraron desterrar; Venezuela, es el mejor ejemplo de esta tragedia populista que lleva ya diecisiete años en nuestra existencia republicana. Pero también es cierto, que la historia está llena de ejemplos de naciones que aprovecharon inteligentemente  las oportunidades para rectificar sus errores e iniciar una nueva época que, con el concurso de todos, levantaron una sociedad más democrática, moderna y de progreso. Esa es la misma oportunidad que tendremos los venezolanos el 6 de diciembre y no podemos darnos el lujo de desaprovecharla porque, de lo contrario, nos costará mucho más sangre, sudor y lágrimas salir de este estado de postración en el que nos colocó la revolución chavista-madurista. Este es un régimen que vive en perfecta alianza con el fracaso y la pobreza, por eso no tiene nada mejor que ofrecernos a los venezolanos.

El análisis objetivo de la actual situación de Venezuela, plantea con claridad que estamos frente al quiebre histórico de un modelo y el potencial resurgimiento del cambio de rumbo de la nación, pero eso sólo será posible si creemos en nuestra voluntad de cambio y de lucha por un mejor país para todos. Y esa voluntad y determinación podemos hacerla efectiva a partir del 6 de diciembre, cuando estemos frente a la máquina de votación, solos con nuestra conciencia, responsabilidad y dignidad como ciudadanos que nos merecemos una Venezuela unida, fraterna, alegre y próspera. En ese momento tan íntimo y personal, el voto se convierte en el arma poderosa que puede emanciparnos de la servidumbre con la que pretenden dominarnos. Es una oportunidad muy corta, apenas segundos, que tendremos para pensar en el país que queremos para nuestras familias e hijos; es un momento que puede permitirnos hacer realidad nuestros sueños y esperanzas; liberarnos de un proyecto político que sólo nos ha traído desgracias y tristezas. Es el momento para ponerle un freno a un régimen que desprecia a la inmensa mayoría de los venezolanos.

Este es el tiempo de Venezuela y de todos los venezolanos, sin distingos de ninguna naturaleza. Es hora de revelarnos contra una camarilla que se burla de nuestra inteligencia, que piensa que somos ignorantes e indignos de vivir en un país que está llamado a ser libre por siempre. Es el momento de decirle no al continuismo, al pasado y al recuerdo de un líder al que siguen invocando para continuar la destrucción suprema del país.

Es el momento de luchar alrededor de la unidad nacional para exaltar los nobles sentimientos que aun nos acompañan, porque soy de los que piensa que en este país somos más los buenos que los malos que destruyeron un país imposible de ser arruinado.

Si confiamos en el poder del voto que nos ofrece la democracia, a pesar del déficit institucional, y acudimos masivamente a las mesas de votación, defendiendo cada uno de los millones de votos por el cambio y la unidad, podremos decir con absoluta convicción al amanecer del 7 de diciembre, que gracias a los venezolanos y a su profundo amor por la democracia, la libertad y la paz, ¡Ahora le toca a Venezuela!

     Profesor Titular de LUZ

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