miércoles, 16 de diciembre de 2015


¿Qué debemos aprender del 6-D?

Efraín Rincón Marroquín (@EfrainRincon17)

 

La jornada democrática que vivimos el pasado 6 de diciembre, nos deja muchas lecciones que debemos aprender si deseamos consolidar el cambio por el que votamos la inmensa mayoría de los venezolanos. Después de más de una semana de las elecciones, y con la mente más serena y alejada de los deseos mal intencionados de quienes no terminan de asimilar la contundente victoria de los demócratas, podemos plasmar algunas de las lecturas que proyecta el 6-D.    

1.- Venezuela es una nación amante de la paz. El pueblo esperó pacientemente la oportunidad que le ofreció la democracia para votar por el cambio. En esta oportunidad, la violencia perdió la batalla y los violentos siguen equivocándose con un pueblo que prefiere los votos, antes que las armas y las bravuconadas de un grupito que se resiste a ver el nacimiento de una nueva era en Venezuela.

2.- Los venezolanos demostramos que somos más inteligentes de lo que muchos suponen. Oí tantas veces que este es un pueblo sumiso, que se deja comprar por una bolsa de comida, o se paraliza de miedo por la arrogancia y los abusos del régimen. Nada de eso sucedió. Los venezolanos nos llenamos de valentía y derrotamos el miedo, la intimidación y el ventajismo que provee el poder cuando es utilizado para martirizar a los venezolanos. Debemos aprender que cuando un pueblo decide abrazar el cambio, no hay fuerza humana que lo detenga.

3.- El poder no es eterno ni se compra con dádivas y limosnas. Vamos aprender que, dentro de la democracia, los ciudadanos castigan la mala gestión de sus gobernantes. Cuando un pueblo descubre que el único culpable de sus desgracias es el gobierno, de nada vale buscar a terceros como responsables de sus errores. La guerra económica, la burguesía apátrida y genocida, el imperialismo y la derecha oligárquica, son epítetos vacios y falsos en los oídos de un pueblo que no se dejó engañar por tanta basura ideológica.

4.- En política hay frases que jamás deben decirse, y mucho menos convertirlas en banderas de lucha, porque el que escupe para arriba le cae la saliva. ¡No volverán, no volverán!, sigue coreando la minoría radical revolucionaria que piensa que los 112 diputados de la Unidad Democrática, son el producto de un ejercicio de laboratorio, porque se niegan aceptar que esos diputados representan la legítima soberanía popular. El 6-D nos enseñó que la oposición democrática venezolana no estaba muerta, andaba organizándose para conquistar la confianza de la mayoría de la nación. Y ahora bañada con ese extraordinario apoyo popular, debe arreciar la lucha democrática para que podamos disfrutar  del cambio de un modelo, un estilo y un liderazgo que destruyó sin piedad ni misericordia las oportunidades de desarrollo y progreso del país.

5.- Este es un régimen demasiado predecible en sus estrategias y acciones. Por eso debemos recordar que sus actuaciones de profunda irracionalidad, inmadurez e infantilismo post-electoral, no es nuevo. Ya sucedió en el 2007 cuando Chávez calificó la victoria de los factores democráticos como “una victoria pírrica, una victoria de mierda”. Ahora, Maduro dice que “ganaron porque el pueblo se dejó engañar por la guerra económica”. No se vislumbran las rectificaciones que exige el pueblo, sino que hablan de rectificaciones revolucionarias para radicalizar un modelo ideológico contra el que votó la mayoría nacional. La lección es que los radicalismos empiezan a ser un periódico de ayer para gran parte de los venezolanos. Las demandas están orientadas al abandono de la agenda política-ideológica para asumir con responsabilidad una agenda social, acompañada de un diálogo sincero y el concurso de todos los sectores de la vida nacional, como única opción para salir de esta feroz crisis causada por la revolución.

6.- La unidad es el valor más importante de los factores democráticos venezolanos. El 6-D proyectó con contundencia que ahora más que nunca la Unidad es fundamental para iniciar la construcción del cambio. La Unidad no es una entelequia, ni un discurso vacio, sino la estrategia más acertada que ha implementado la alternativa democrática durante este período de déficit democrático. Se demostró que la lucha por Venezuela es más importante que los intereses y visiones particulares de los partidos políticos. Esta Unidad debe estar presente durante muchos años más, hasta tener la absoluta convicción que el cáncer del odio, la división, la destrucción, la corrupción y la inmoralidad ha sido extirpado por la fuerza y la grandeza de un pueblo que sigue luchando unido.

7.- La polarización política va a continuar en este país, hasta tanto no se rescate completamente la institucionalidad democrática y se normalice la competencia electoral; por ello, no hay cabida para terceras vías porque la economía del voto las aniquila el día de las elecciones. Aquellos que, con razón o sin ella, se empecinan en formar grupos de independientes, le hacen un flaco favor al cambio que ya inició su tránsito por el país. Vamos a luchar unidos para combatir este modelo autoritario y fracasado, después vendrán mejores tiempos para todos.

8.- El triunfo debe administrarse con prudencia e inteligencia. Este triunfo no le pertenece a una de las parcelas políticas del país. Es la victoria de todo un pueblo que decidió dar un paso al frente y castigar a sus victimarios; por ello, la Unidad Democrática debe ejercer el poder legislativo con sentido de servicio y acompañamiento a un país que encontró en ella la posibilidad de salir adelante y combatir con firmeza a quienes son los únicos culpables del estado de postración que injusta e inexplicablemente estamos viviendo los venezolanos. Si se hacen bien las cosas, el pueblo seguirá apoyándolos y empezará a percibirlos como una real opción de poder, basada en la confianza, la responsabilidad y el compromiso con el país; de lo contrario, los castigará como castigaron ayer a los revolucionarios. La política es compleja y dinámica, actuemos con racionalidad para aprovechar al máximo las oportunidades que nos ofrece la inmensa mayoría de los venezolanos. No perdamos un juego que costó tanto ganarlo.

Profesor Titular de LUZ

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