La transición
Efraín Rincón Marroquín (@EfrainRincon17)
En los regímenes personalistas y autoritarios, la
transición se inicia prácticamente con la desaparición física del caudillo y la
llegada del “sucesor” al poder. Así sucedió con el gomecismo que, después de la
muerte de “El Benemérito”, la dictadura que controló la vida del país por
espacio de 27 años, se fue esfumando progresivamente hasta desaparecer
completamente con la breve presidencia democrática y constitucional del maestro
Rómulo Gallegos.
Los movimientos políticos cuando se sustentan en
liderazgos personales y no en instituciones sólidas con capacidad para
reinventarse frente a nuevas coyunturas, tienen una vigencia efímera en el tiempo,
salvo casos particulares donde la nostalgia por el líder desaparecido sigue
nutriendo las fuerzas políticas, como es el caso del peronismo, pero con
cambios que suelen ser más oportunistas que réplicas de la ideología
originaria. Eso está sucediendo en Venezuela con el chavismo; con el agravante
que el recuerdo del líder se está acabando más rápido de lo que imaginábamos,
porque el apoyo de las masas se basó, como siempre lo supusimos, en razones
utilitarias y no en el “amor” del pueblo del que se jactaba el comandante.
Dentro del chavismo las cosas no volverán a ser
iguales. Existen grupos internos que están minando el capital político que
disfrutaron por más de tres lustros consecutivos, acompañados ahora de la peor
crisis económica que el país ha sufrido en los últimos cincuenta años. El
modelo político encarnado por la revolución fracasó completamente y no existe capacidad
ni voluntad para dar un cambio de rumbo al desastre que ellos mismos crearon.
No obstante, el sentido común y las lecciones de la
historia recomiendan no subestimar a los que hoy están en serias dificultades,
pues, lograron atornillarse en el poder haciendo uso indebido de las ventajas y
recursos que de él se derivan. Es hora del realismo y la madurez políticas para
salir bien librados de esta transición que se torna peor que el propio
chavismo.
Es el momento de la gente, de una sociedad que clama
por un modelo verdaderamente democrático, con justicia, respeto y progreso para
todos; el pueblo está bravo y ese sentimiento de impotencia debe ser canalizado
y encauzado por la oposición democrática, a fin de organizarlo en la defensa
auténtica de sus derechos. La oposición debe activarse y salir a recorrer cada
calle de este país, “evangelizando” con un discurso que encarne efectivamente
en el alma de millones de compatriotas que se siente desasistidos en esta hora
menguada de la República.
Pero antes de hacer tales gestiones, es fundamental
que la dirigencia democrática ponga un freno a apetencias personalistas que
lejos de beneficiarnos enturbian la buena disposición de construir el cambio. Se
hace necesario acordar una estrategia común y ponerse como objetivo inmediato
ganar las elecciones parlamentarias de este año. Ofrecerles a los venezolanos
un proyecto que haga renacer la confianza en liderazgos y partidos políticos
esencialmente democráticos. Es hora también de organizar partidos fuertes, con
clara vocación popular alejados del oportunismo y populismo que nos han
aniquilado como sociedad moderna. Partidos responsables que luchen contra el
adversario a vencer y no entre ellos, evitando proyectar una división con la
cual sale ganando esta transición.
Por último, resulta absolutamente ingenuo e
irresponsable sentarse a esperar que la crisis empeore y con ella desaparezca
este gobierno. Debemos estar preparados para enfrentar con inteligencia
cualquier brote de violencia propiciado por el propio régimen que se resiste a
abandonar el poder. No es hora de la violencia; es hora de la organización
popular, la inteligencia política y el desprendimiento de intereses
particulares en defensa de los más altos intereses de la República y de los
venezolanos. Si hacemos bien las cosas la transición terminará en paz y nunca
jamás vencerán los liderazgos mesiánicos y populistas que destruyeron el mejor
país del mundo.
Profesor Titular de LUZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario