miércoles, 30 de marzo de 2016

                    ¡Ya basta de llorar!

Efraín Rincón Marroquín (@EfrainRincon17)

En días pasados leí una frase de mi apreciado amigo Juan Carlos Fernández, en la que decía que “ya basta de llorar por el país que perdimos y vamos a luchar para construir el país que nos merecemos”. Frase sencilla que nos llama a la reflexión activa; nos invita a deslastrarnos de un pasado que no volverá y de incorporarnos a la lucha cívica, pacífica y democrática para recuperar la Venezuela libre y grande que todos soñamos. Es el momento de abandonar nuestra zona de confort y desechar la idea que los políticos son los únicos que deben luchar para alcanzar el cambio que demandan nueve de cada diez venezolanos. Es el tiempo de la unidad de los venezolanos para acelerar el amanecer que desde el pasado 6 de diciembre empezó a despuntar.

Entramos a un mes clave para las definiciones políticas. En abril se completa la mitad del periodo presidencial de Nicolás Maduro y con el se activa el referéndum revocatorio, como mecanismo constitucional que permite desalojar al régimen y elegir un nuevo gobierno que enrumbe al país hacia puerto seguro. La consigna es la organización popular para poner fin a un modelo ideológico que se trazó como propósito la total destrucción de la nación y la ruina de los venezolanos.

Espero sinceramente que los venezolanos hayamos aprendido la lección. El déficit democrático e institucional del país se resuelve con una mayor dosis de democracia, con la participación responsable de los ciudadanos en los asuntos públicos y con el valor fundamental del voto para elegir buenos gobiernos. Los atajos de facto y la búsqueda desesperada de un falso profeta y salvador, nos ha costado lágrimas, sudor y sangre. Resulta inconcebible seguir pensando siquiera en los verdes oliva para dirigir la nación; nos han demostrado hasta la saciedad su incompetencia y su perverso apego a los dineros públicos.

Este régimen que está impregnado hasta los tuétanos del tufo militar, debe salir de la misma manera como llegó al poder, esto es, a través de los votos. Por tal razón, debemos organizarnos en torno a mecanismos democráticos para impulsar la salida del régimen, sin importar que el proceso tarde un poco más de lo deseado o, como es de suponer, encuentre toda clase de obstáculos por parte de los que se aferran al poder a pesar de haber perdido el apoyo y la legitimidad popular. Afortunadamente, la Unidad Democrática está consciente de ello y trabaja afanosamente para cristalizar una salida pacífica, democrática y constitucional.

Con optimismo observo el inicio de la movilización política de los partidos democráticos para acelerar la salida del régimen, apegados a la estrategia formulada por la Mesa de la Unidad Democrática, instancia que debe mantenerse en el tiempo para recordarnos que sin la unidad cualquier esfuerzo para salir del régimen resultaría infructuoso. Unidad política, organización popular, inteligencia y visión estratégica, son aspectos fundamentales en la ardua tarea de elegir un nuevo gobierno que responda a los supremos intereses de los venezolanos, combatiendo cualquier síntoma de odio, exclusión, populismo y corrupción que tanto daño nos han hecho una pesadilla que tiene ya más de 17 años.

En esta oportunidad, el Zulia también debe ser pionero. Debemos constituirnos en la principal referencia del Cambio para Venezuela. Desde esta tierra del sol amada y bendecida por nuestra Chinita, deben salir millones de firmas y voluntades para hacer posible el cambio que estamos esperando. Pero es necesario que actuemos como un Estado unido, amalgamado en torno a la posibilidad cierta que, más temprano que tarde, empecemos a transitar por un país mejor, con oportunidades para todos y con la férrea determinación de enterrar las sombras y las miserias que una elite corrupta se empeñó en dejarnos como fatal herencia.

El Zulia unido a hombres y mujeres de buena voluntad, acompañados por todos los partidos democráticos, por las universidades, las iglesias, los empresarios y comerciantes, productores y campesinos, profesionales y técnicos, obreros, por jóvenes que nos llenan de fuerza y esperanza, todos absolutamente todos tenemos la obligación de organizarnos y luchar por un cambio que sea propiedad de la sociedad entera, y nunca más sea usurpado por un grupo de traidores y forajidos que nos trajeron toda suerte de desgracias.

El cambio que ya está despuntando, cada día está más cerca, pero debe ser la expresión autentica de una sociedad de ciudadanos que decidió voluntariamente ser protagonistas y constructores de un futuro promisorio para Venezuela. Esta es la hora de los venezolanos, no dejemos pasar tan extraordinaria oportunidad.

Profesor Titular de LUZ

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