Inhabilitemos al régimen
Efraín Rincón Marroquín (@EfrainRincon17)
Desde hace mucho tiempo conocemos la cobardía e
inmoralidad de este régimen, pero nunca antes habían demostrado el miedo con la
intensidad que lo hacen actualmente. La cercanía de la inhabilitación que les propinará
el pueblo venezolano el próximo 6-D, los tiene aterrados; el miedo que
experimentan no es normal, por eso hoy más que nunca las circunstancias
aconsejan a la Unidad Democrática actuar con inteligencia, prudencia y visión
estratégica, porque una fiera herida de muerte es capaz de cualquier locura
para evitar su inminente deceso.
Las continuas y arbitrarias inhabilitaciones políticas
a connotados dirigentes de la oposición, por parte de la Contraloría General de
la República, es un síntoma inequívoco que las cosas no están nada bien dentro
del régimen. Cualquier pretexto, por burdo e intrascendente, es válido para
cerrarles el paso a líderes que con seguridad gozan del mayoritario apoyo popular.
Además del uso abusivo del poder, que violenta la democracia que predican,
queda en evidencia una vez más la pérdida de la institucionalidad de la
República, al servicio exclusivo del inquilino de Miraflores y del mandamás de
la Asamblea Nacional. El ejercicio legal, constitucional e imparcial de los
poderes públicos del país fue exterminado por la peste revolucionaria, sin
importarles el daño mayúsculo que le están generando al país y a sus
ciudadanos.
Cualquier venezolano, con justa razón, puede pensar
que frente a tantas arbitrariedades y abusos, el régimen está más fuerte que
nunca; pueden pensar además que sencillamente el régimen es invencible, que no
hay posibilidad alguna de sacarlos del poder a través del voto popular. Pues
bien, eso es lo que exactamente el régimen quiere que creamos y pensemos. Ellos
están jugando al desgano, la división y la abstención de millones de venezolanos
que estamos hartos de tanta incompetencia, corrupción, inmoralidad e impunidad.
Ellos quieren sembrar la desmoralización entre nosotros, cuando son ellos los
desmoralizados; quieren meternos miedo cuando son ellos los que están aterrados
de perder el poder que los hizo ricos con el dinero que a mansalva le robaron
al país, mediante el mayor saqueo del que hemos sido víctimas.
Debemos darle la lectura correcta a las
inhabilitaciones de Manuel Rosales, Daniel Ceballos, María Corina Machado, Enzo
Scarano y, más recientemente, Pablo Pérez, aunado al encarcelamiento
inconstitucional de Leopoldo López y Antonio Ledezma. Con esas inhabilitaciones
les puede “salir el tiro por la culata”, como lo canta la Grey Zuliana de
Ricardo Aguirre, porque un pueblo puede soportar muchos vejámenes pero nunca
olvida las injusticias en contra de la dignidad humana.
De lo que se trata en definitiva, es que la Unidad
Democrática actúe como la mayoría nacional que es, seleccionando candidatos
estratégicos que llenen el vacío de los inhabilitados y mantener por encima de
todo la unidad, como elemento crucial en la difícil campaña electoral que se
avecina, apuntalando la estrategia, el discurso y la tarjeta única como
elemento contrastante con los candidatos del gobierno y del PSUV.
La alternativa democrática debe despojarse del rol de
víctima del régimen para asumir con valentía y gallardía el compromiso
histórico que tiene con el país, ganando con una sólida mayoría la Asamblea
Nacional para iniciar desde allí la construcción del cambio que estamos demandando.
Recordemos cuál fue la respuesta de los electores de San Cristóbal y San Diego,
cuando el régimen separó y encarceló arbitrariamente a los alcaldes Ceballos y
Scarano, respectivamente. Las candidatas de la Unidad, esposas de los ex alcaldes,
obtuvieron resonantes triunfos a pesar de no ser dirigentes políticas en sus
municipios. En San Cristóbal, Patricia de Ceballos obtuvo el 74% de los votos,
mientras que en San Diego Rosa Scarano alcanzó una votación del 88%.
Ciertamente inhabilitaron a importantes dirigentes de
la Unidad Democrática para postularse a cargos de elección popular, pero su
credibilidad e influencia política están intactas con tendencia a crecer en los
próximos meses. Rosales, Machado, Ceballos, Scarano y Pérez deben constituirse
en líderes que inspiren y motiven a los electores a sufragar por los candidatos
de sus circuitos y del país en general. Los abusos y tropelías del régimen deben
transformarse en voluntad férrea y fuerza indetenible para garantizar la
victoria de la oposición democrática.
El juego es complejo porque las normas no son
transparentes y favorecen a uno de los dos sectores en pugna, exactamente como
ocurre en los regímenes dictatoriales, pero existen condiciones que bien
aprovechadas pueden hacer que el efecto buscado por el régimen se devuelva y los
inhabilitados sean ellos, a través del voto de millones de ciudadanos que
cobraremos las injusticias y abusos de un régimen que perdió la decencia y la
moral desde hace mucho tiempo.
Los lamentos, las culpas y la falta de coraje no son
buenos consejeros en circunstancias tan críticas como las que vive Venezuela.
Es necesario empinarse sobre las dificultades y aprovechar las oportunidades
que obstinadamente el régimen pretende negarnos a los venezolanos que aspiramos
vivir en un mejor país, lejos de la tiranía, la mediocridad, la exclusión, la
inmoralidad y la corrupción que la revolución se empeña en ofrecernos como su
única y mejor opción. Con nuestro voto, vamos todos a inhabilitar al régimen.
Profesor Titular de LUZ
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